martes, 24 de mayo de 2005

Manolo


Te perdí la pista obligado por las extrañas circunstancias que la vida nos plantea a cada paso. Breve pero interesante amistad la que logramos. Cierta complicidad y comunes intereses. Lucha por la vida. Cosas para compartir. Pendientes quedaron muchas. Como aquella voluptuosa hembra que calentaba tu cama, de español nombre, y que no tuve ocasión de disfrutar, siempre fuiste reacio a dejarnos gozar a los demás de tus placeres ocultos, de tu jardín personal. Orgulloso me mostrabas el paraíso sensual que no habría de saborear. Sexualidad a flor de piel, fuertes miradas, excitación controlada, deseo, mentes subyugadas. Promesas en el aire, volando van. Los caballos desbocados del motor diesel sabes dominar, vuelas sobre el asfalto, seis ejes no paran de girar, ruedas, calor, paisaje, destino al que llegar. Pregunto por ti, no me saben explicar, tu entorno cambió, llamadas perdidas, visto en televisión, atascado, nieve en el balcón. Perdiste un ser querido, igual que yo. Mundos paralelos, conexión. También yo mudé de estación, vientos nuevos me saludan, el camino por delante, nuevas emociones, noches y días, gente, me siento distante. No pude en esos momentos duros reconfortarte. 

Espero volver a verte en alguna ocasión, hablar, reír, alegrar el corazón. Realizar aquel viaje que pendiente quedó y todas esas cosas que, ya sabes...

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