martes, 7 de octubre de 2008

Cosas que no te dije


Es la vida sencilla del alma que busca ser dichosa... que, acosada por el flujo de los actos peregrinos del vivir, se refugia bajo el árbol equivocado... y, arrastrada por el hecho cotidiano de seguir, extravía su destino... que es la dicha junto a ti.

Universo en el que morar, el principio y el fin, no podría ser yo... sin ti.

Tus esquemas los quisiera para mi... pero la falta de habilidad que me caracteriza no me los deja adquirir.

Vivir y ser feliz... aunque estar bien no sea suficiente para ese término definir... es lo que buscamos todos en el cotidiano devenir.

Tú mi felicidad eres, sólo por el hecho de existir... y haber decidido tu vida conmigo compartir.

Mas yo no logro reunir ese encanto que grata pueda hacer tu existencia.

Si un regalo de los dioses soy... esos pobres debieron equivocarse contigo.
Obviaron leer el manual de instrucciones que define las características del producto... pero... ¡qué digo!, las personas no tenemos instrucciones de uso.

Otro cuerpo en otro tiempo, paralelo, anterior o anclado en un futuro, ya experimentó eso mismo que ahora vivo yo, que ayer viviste tú... pero su percepción distinta lo hace diferenciador, exclusivo, innovador... no es un plagio, es tu experiencia, o la mía, o la de los dos...

Yo aún lucho por ese estado de fusión en que almas separadas alcanzan la unión necesaria para crecer como espíritu único... vencedor en las tribulaciones del amor.

Tú eres el mejor regalo, mi amor, la misma esencia de ese concepto turbador que nadie definir aún logró... yo sé lo que es, eres tú.

Mi amada, mi amiga, mi querida, mi vida, mi dicha, mi consuelo, mi ternura, mi afecto, mi cielo...


Pero yo no lo consigo... incapaz soy de servir a tus propósitos, a tu plan de felicidad, al mundo algodonoso en el que es fácil descansar, a ese limbo en medio de la maldad, lejos de traiciones y del sufrir y del penar... anclado a la esperanza de que todo puede mejorar, que el futuro próspero aún será, que este momento que ahora nos atenaza frente a la cruda realidad... de colores alegres pronto se teñirá, difuminando los temores y los miedos del caminar... que la vida se promete larga y plena de bondad, con cariño, alegría... dulce despertar al lado del ser que ama de verdad.

Siento las punzadas de breves cabezonadas que me hicieron naufragar... los prontos que no pude acallar... esas iras infundadas que mis miedos provocaban sin cesar... que ahora quiero desterrar... que intento con tesón superar.

Mas la tierra de mis pies quiere escapar, no la siento ya muy firme, se comienza a deslizar, abocado a una pendiente sin final me veo arrastrado por mi mezquindad.

No quiero caer en ese abismo, quiero ser el mismo que te pudo enamorar, que las noches a su lado tú querías estar, que su voz en el teléfono te hacía disfrutar, que sonrisas te arrancaba, que caricias regalaba, que amor desbordaba... que vida te daba.


Quiero ser tu amor de nuevo, quiero que lo sientas como yo lo siento, encauzar mis sentimientos que perdidos los intuyo pues tú misma me confiesas que ya no eres feliz del todo.

Pero a solas es difícil luchar contra la angustia que se siente ante derrotas personales.

La inquietud que el espíritu presiente se transforma en desazón, en temor a ese futuro que no se puede obviar... tarde o temprano ha de llegar, ha de pasar... y no puedo ni siquiera imaginar que se llame soledad... que a mi lado tú no estés es una idea que no puedo soportar, yo te amo, ya lo sabes, pero tengo que luchar para que, además, lo sientas como algo de verdad, que ningún lugar a dudas puede dejar... que te inunde tanto que te desborde al avanzar, que tranquilice tu alma que jamás debí turbar.


Si posible fuera el volver atrás y poder rectificar, si algunos episodios yo lograse tachar... lo haría con rapidez y sin dudar.


Pero la vida no nos da esa oportunidad... la existencia no tiene la función de borrar... lo hecho ahí está... tan sólo queda intentar esforzarse por disipar esas nubes oscuras de tiempo atrás, recientes algunas, es verdad, que amenazaban el sol de tu mundo ideal, de mi mundo ideal... tan sólo queda luchar por que aquello que fue tan bonito lo sea una vez más, en este presente que queremos labrar, en nuestra vida actual, para un futuro fuerte y seguro cosechar, cabalgando siempre a lomos de la codiciada felicidad... el premio que tú siempre me das.


Necesito tu ayuda, una vez más... tu fuerza y tu saber estar... tu ilusión... tu felicidad... que la mía me dará.



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